No puedo describir lo que sentí cuando nos dimos de bruces al doblar la esquina. (Esa tuya sonrisa incitándome y desdibujando desdichas). Rocé tu pelo, palpé tu ropa, rasgué tus medias, arañé tu cuerpo. Todas las ópticas del mundo conspiraron el encuentro.
¡ Qué lástima que no me puedas ver… que no te veo !
2 comentarios:
ufff.
eh?
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