No te veré este mes, ni el que viene.... ni en septiembre, octubre o noviembre... no te voy a felicitar la navidad ni te desearé de nuevo un próspero año nuevo.
Haré que te invada mi ausencia y que mi voz se calle por tus venas. Callaré el rumor que me susurras rotando siempre la peonza.
No quedan ya conjuntos de días para nosotros. Hay únicamente palabras mal escritas dichas y desdichas. Vacío descomunal. Comuna de vicios incompletos. No te voy a señalar el camino que aún no has recorrido, ni la autovía de peaje.
Tampoco tu me pongas metas que no me gusta correr. Ni a ti tampoco.
Por la carretera no transita nadie.
Vamos a sentar las bases en la encrucijada.
Tú estás ahí. Yo aquí.
Sigamos jugando desde nuestras privilegiadas posiciones de jugadores expertos. No quieras que me crea que hay un eslabón perdido en el que toparnos. Te diré que sí y será que no. Que son las reglas del juego.
No te diré que hoy, ni que mañana, ni que pasado, ni que nunca, ni que siempre.
Sigamos diciéndonos verdades de mentira. Júrame de nuevo fidelidad eternamente mientras te revuelcas explotando en otro cuerpo y ni siquiera pienses en mi. Que no me importa.
Cuando me canse este juego, no te preocupes, que me encargaré de romper y quemar con fuego nuclear esta baraja.
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