Vivían mirándose sin verse rozándose sin tacto hurgando en los cajones la mano de uno en la del otro. Vivían persiguiéndose por el pasillo, haciendo ruido el uno al lado del otro sin oírse.
Buscaban las señales en las nubes tormentosas, esas mismas nubes, las mismas, cada tarde.
Cada noche, se difuminaban a los lejos algarabías de aves del crepúsculo, las mismas cada noche y cada noche soñaban y se amaban.
El uno al lado del otro se buscaban.
Vivían sin vivir apaciguando el deseo, vivían sin vivir y sin recuerdos soñaban que se soñaban, y se soñaban fundidos.
Cerraban la alacena sin buscar alimento. Murmuraban susurros en el agua sin mojarse los labios. Se amaban desde siempre y para siempre. Esperándose estaban sin remedio sus ansias.
Buscaban las señales en las nubes tormentosas, esas mismas nubes, las mismas, cada tarde.
Cada noche, se difuminaban a los lejos algarabías de aves del crepúsculo, las mismas cada noche y cada noche soñaban y se amaban.
El uno al lado del otro se buscaban.
Vivían sin vivir apaciguando el deseo, vivían sin vivir y sin recuerdos soñaban que se soñaban, y se soñaban fundidos.
Cerraban la alacena sin buscar alimento. Murmuraban susurros en el agua sin mojarse los labios. Se amaban desde siempre y para siempre. Esperándose estaban sin remedio sus ansias.
Vivían el uno al lado del otro sin saberlo.
Y cada tarde las mismas nubes de tormenta en el crepúsculo helado venían a visitarles. Y cada tarde desde la triste ventana, el uno al lado del otro suspiraban a la nada. En tanto, las aves lejanas entre la algarabía de sus gritos pareciera les llamaran.
Siempre juntos y errantes sus almas sin descanso se esperaban. Espectros transparentes en la misma sala cada día sin saber que junto a uno, a su lado, el otro estaba. Estaban.
1 comentario:
¿Pero vivían?
(hacía tiempo k no se te veía, saludos)
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